Breve reflexión sobre las leyes del tiempo

Existen infinidad de páginas en internet que pueden proporcionar información sobre técnicas de gestión del tiempo, así que el propósito de esta entrada es más una reflexión que otra cosa.

Advertidos quedan.

Una breve reflexión sobre las leyes que rigen la gestión del tiempo

Sobre la gestión del tiempo y las tareas existen leyes que son grandiosas en si mismas, por su simplicidad y por la carga de verdad que llevan asociada (nunca es el 100%, pero a veces, se aproxima de forma que que llega a espantar).

Voy a enumerar aquí unas pocas leyes con las que nos podemos encontrar en nuestra gestión del tiempo (personal y profesional, casi de manera diaria).

Ley sobre la expansión de los gases (y su extensión al tiempo que llevan las tareas)

Igual que la ley general de los gases donde se establece una relación entre Presión, Temperatura y Volumen que un gas ocupa, cualquier tarea tiende a dilatarse en el tiempo en función de la presión y la temperatura del proyecto. En condiciones ideales, una tarea tiende a dilatarse tanto tiempo como se le permita sin llegar nunca a finalizar.

Ley de Pareto (y su extensión a los resultados)

El economista Vilfredo Pareto dijo que el 80% de la riqueza estaba en el 20% de las manos. Esta ley es perfectamente extrapolable a los resultados de un proyecto. El 20% de las tareas de un proyecto puede llevar al 80% de los resultados.

Existe una variante de la Ley de Parto para la gestión de tareas. El 80% del tiempo inicial proporciona el 20% de los resultados, mientras que el otro 80% de resultados restantes se ejecuta en el 20% de tiempo que nos queda. En definitiva, se trata de la Ley sobre la expansión de las tareas en el tiempo enunciada como la Ley de Pareto.

Leyes de Acosta

Se trata de tres leyes muy fáciles de enunciar (en lo relativo a la gestión del tiempo, mejor lo claro y breve)

El tiempo que requiere una tarea crece cuando la interrumpimos y la reanudamos

Los orígenes de estas paradas pueden ser múltiples, externos e internos, pero lo que es muy cierto es que cada vez que interrumpimos una tarea requerimos de cierto esfuerzo para volver a retomarla.

Para una tarea corta siempre hay tiempo; para una larga siempre nos falta tiempo

Y es que siempre podemos encontrar un minuto o dos para completar una tarea. Y si podemos encontrarlo. ¡Mejor ahora que después! En cambio, finalizar una tarea que lleva cierta cantidad de tiempo suele ser un desafío en sí mismo, ya que el primer paso es encontrar tiempo para abordarla (así que divide y vencerás).

Lo perfecto rara vez es rentable

Y esto requiere de cierta disciplina personal y de mucho esfuerzo casi en cualquier entorno, sea profesional o personal. Equilibrar el grado de perfección (calidad del trabajo resultante) con el tiempo /esfuerzo invertido es una tarea difícil. Establecer objetivos o expectativas razonables en el resultado ayuda enormemente a que las tareas a realizar no se prolonguen de manera indefinida en el tiempo.

Leyes de Murphy

Y es que no podrían faltar porque.

Nada es nunca tan sencillo como parece

En realidad, a la hora de estimar el esfuerzo que nos lleva completar tareas es tan fácil subestimar como sobrevalorar.

Como decía Aristóteles “en el medio está la virtud

Si algo puede salir mal, saldrá mal.

¿Realmente hace falta que explique algo sobre esta ley? Pues si eres de esos optimistas redomados, déjame que te presente la siguiente.

Si algo va mal, no te preocupes. Irá peor.

Y el quid de la cuestión está en el “no te preocupes”.

¿Y hay algo que podamos hacer?

Afortunadamente sí (de otra forma mi trabajo como el de otros muchos sería una auténtica pesadilla).

El control de las tareas es un ejercicio fundamental en muchas áreas, también en la vida personal. Cuántas veces te has preguntado sobre un amigo o conocido: ¿Cómo lo hace, de dónde saca el tiempo?

Inmediatamente solemos buscar razones, sobre todo centrándonos en nuestro exceso de responsabilidad y, en consecuencia, el poco tiempo que nos resta para hacer todo lo que queremos. Bien, pues tengo una buena noticia:

Muchas veces nos equivocamos. Tenemos más tiempo del que creemos, sólo que no sabemos aprovecharlo tan bien.

En relación a la ley de los gases…

Procura establecerte plazos para finalizar tus tareas. Si haces una lista con tareas, marca un hito para finalizar cada tarea. Si tienes una aplicación para la gestión de tareas (como aTareado) asegúrate de que, como mínimo es posible establecer una fecha de finalización para cada tarea.

En relación a la Ley de Pareto (80% /20%)

Si el 20% de las tareas puede proporcionar el 80% de los resultados, significa que antes de comenzar cada proyecto deberías de crear una primera tarea que consista en analizar el resto y así poder priorizarlas. Los resultados rápidos incentivan y ayudan a valorar avance y reconducir los siguientes esfuerzos. Empieza por aquellas tareas que puedan proporcionarte resultados rápidos pero no ignores que el peligro se asoma tras las esquinas. Corres el riesgo de no terminar tu proyecto (ver la tercera ley de Acosta).

En relación a las Leyes de Acosta

Ley sobre la interrupción de las tareas

Esta ley depende mucho del entorno donde te encuentres. En muchos lugares de trabajo las interrupciones son frecuentes y, en ocasiones, incontrolables. Cuando trabajas con un equipo de personas, pon señales que les hagan darse cuenta de que estás concentrado en una tarea: semáforos, pegatinas, auriculares para escuchar música (esta última es la que trato de utilizar, sin demasiado éxito; mido la concentración en número de canciones escuchadas). Pero también proporciónales tiempo para que puedan acudir a ti, de otra forma lo único que estás haciendo es retrasar las interrupciones para otro momento.

Dedica tiempo a la gente que trabaja contigo y no tengas miedo a decir. “Si puede esperar, dame un rato, que termino esto y luego te atiendo”.

Ley sobre la disponibilidad de tiempo para las tareas cortas

Para una tarea corta siempre hay tiempo. Si una tarea lleva uno o dos minutos (contestar a un mail, comprobar la disponibilidad de un componente, verificar que tenemos suficiente aceite en la despensa…) entonces hazla. No la dejes para después.

Me encanta la palabra procrastinar, pero es uno de los mayores peligros en la ejecución de tareas. De manera opuesta, encontrar tiempo para realizar una tarea más larga suele ser más complicado. Hay tareas largas que no pueden dividirse (hacer una llamada a un familiar con el que hace tiempo que no hablas, pintar la pared del salón) pero otras que pueden dividirse en tareas más pequeñas (pintar la casa, repasar el cierre de cuentas mensual).

Cuando te enfrentes a tareas largas que son difíciles de acomodar en tu agenda, pregúntate si puedes dividirlas en tareas más cortas.

Ley sobre la rentabilidad en la ejecución de las tareas

La rentabilidad es es la capacidad de producir o generar un beneficio adicional sobre la inversión de tiempo o esfuerzo realizado. Algo que, así dicho suena un poco abstracto, es un punto de vital importancia a la hora de ejecutar tareas.

La cultura del perfeccionismo es una cultura muy implantada en la sociedad en que vivimos (bueno, al menos en mi ámbito de relación más cercano tanto profesional como personal). “Si vas a hacer algo, hazlo bien; si no mejor no lo hagas”

Este planteamiento es completamente válido cuando dispones de recursos o tiempo ilimitados para ejecutar una tarea: no existe razón ninguna para no hacer una tarea perfectamente cuando tienes todo el tiempo o toda la capacidad al alcance de tu mano. Sin embargo, esto rara vez ocurre.

Cuando hay que lidiar con tiempo o recursos limitados, es importante (fundamental) determinar el grado de corrección en la ejecución de la tarea con los recursos disponibles. Dejadme que ponga dos ejemplos:

Si para pintar la casa dispones de una cantidad suficiente, pero limitada de pintura, es importante que seas muy consciente de ello antes de comenzar la labor. De otra forma corres el peligro de invertir más cantidad de pintura al comienzo, tratando de que las paredes queden perfectas y te encuentres con la terrible situación de tener que dejar una pared sin pintar al final porque has terminado toda la pintura. Si, por el contrario, eres plenamente consciente de la limitación de recursos (pintura) probablemente el acabado final no sea el óptimo, pero probablemente sí el suficientemente bueno como para que puedas decir “bien, ya he pintado la casa”.

Otro ejemplo.

Frecuentemente nos encontramos con que dedicamos mucho tiempo al comienzo de la tarea (ver la ley de Pareto) buscando el ejecutar nuestro trabajo de la manera más perfecta posible. El tiempo que disponemos para ejecutar dicha tarea es finito, y podemos encontrarnos con que hemos invertido el tiempo en dejar primorosamente una tarea a la mitad. La mitad finalizada está perfecta, pero por desgracia, la tarea no se ha podido terminar a tiempo.

Ser consciente de  la limitación de recursos nos ayuda a invertirlos de manera más eficiente, quizá el resultado final podría ser mejor pero. ¿Podría ser mejor con los recursos /tiempo disponibles?

En relación a  las Leyes de Murphy

Murphy es Grande.

¿Hay algo más que se pueda decir?

Subiendo aTareado al App. Store

Ha habido cierta cantidad de trabajo por detrás, pero aTareado ya está disponible en el App. Store.

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aTareado se trata de una pequeña aplicación que nació con la única intención de permitirme practicar para aprender algunos de los entresijos de la programación de Aplicaciones de la Tienda de Windows 8 (Windows 8 AppStore Applications).

Permite realizar una gestión muy sencilla de tareas personales, añadiendo nuevas tareas, permitiendo su clasificación (¡hasta 100 categorías diferentes!) y seguimiento de forma sencilla e intuitiva.

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Esta aplicación es fruto del trabajo de varias personas que han aportado sus ideas (gracias  a los amigos Rafa, Íñigo, Dannan y Javi) y también su esfuerzo como es el caso de Dannan que, además de aportar sus ideas, se ha encargado del diseño de la interfaz y del logotipo y que, en mi humilde opinión, ha realizado un excelente trabajo. O el propio Rafa que está aprendiendo por su lado la programación en Android utilizando: ¡aTareado!

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Lecciones aprendidas

Primero de todo: organización.

Por mucho desarrollo amateur que se trate, hacer las cosas bien puede tener cierto coste relativo a tiempo y esfuerzo en una primera etapa.

La utilización de un control de código fuente ha sido fundamental. En mi caso, he hecho uso del Team Foundation Service, que es una mágnifica herramienta gratuita (para equipos reducidos) disponible en la nube.

Uno podría pensar que en situaciones tan triviales como las del desarrollo de una aplicación como esta, en las que las personas que desarrollan son uno mismo, hacer uso de una herramienta como TFS es innecesario. Pero no es así.

TFS permite no sólo realizar una magnífica gestión del código fuente de tu aplicación, también proporciona herramientas para la planificación y seguimiento del ciclo de vida de tu aplicación (ALM, o Application Lifecycle Management). En este caso, ha sido de gran utilidad para que un grupo de amigos documente de manera muy sencilla los requisitos que nuestra pequeña herramienta va a utilizar, genere seguimiento de los mismos (el avance lo vamos a dejar de lado, porque la vida profesional y personal deja poco espacio para este tipo de aficiones) así cómo la creación y seguimiento de nuevas incidencias (parte en la que Rafa ha resultado ser un auténtico crack)

Segundo: el conocimiento

Programar aplicaciones Windows 8 del App Store no es difícil, pero requiere cierta curva de aprendizaje.

El Framework

Si bien programas aplicaciones de la Tienda de Windows utilizando el Framework .NET 4.5, la realidad es que no tienes al alcance de tu mano el Framework Completo si no un subconjunto y un no tan pequeño recubrimiento alrededor del mismo.

No puedes hacer todo lo que estás acostumbrado a hacer. Muchas cosas tienen planteamientos diferentes y, en general más restrictivos (como, por poner un ejemplo, el acceso a ficheros) y otros aspectos sencillamente están fuera de tu alcance con este subconjunto de APIS que se pone a tu disposición como programador. ¿Es esto malo? Bueno, la discusión está bastante manida y no tengo nada nuevo que añadir a la misma, pero es la dicotomía entre la “protección” del usuario frente a la “libertad” del programador.

Me permito el lujo de poner “protección y “libertad” entre comillas ya que son aspectos un tanto controvertidos. ¿Nececsita el usuario ser protegido? Y, si es el caso, esta protección ¿no puede llevar fácilmente a una sobre-protección y, en consecuencia a una limitación de lo que el usuario puede hacer con la máquina y el sistema operativos que ha pagado? Y, por el otro lado. ¿Tiene el programador la “libertad” de hacer lo que quiera? Dejadme que os ponga un ejemplo: ¿Cuántas veces habéis tenido que aceptar que una aplicación acceda a tu localización y a internet sin que haya una causa funcional que justifique dichas capacidades? ¿Para qué quiere el programador acceder a mi localización y a internet si la aplicación lo único que hace, en principio, es encender el led de mi terminal?

El Lenguaje Visual y el Diseño

Es de sobra sabido que Windows 8 incluye un nuevo lenguaje de diseño, entendido como el conjunto de reglas, guías y prácticas a seguir para mostrar la información al usuario y para facilitarle al mismo el acceso y modificación de los datos que muestra su aplicación.

Este lenguaje, conocido como Modern UI tiene sus ventajas, pero también sus limitaciones ya que obliga a plantearse cosas de manera muy diferente a cómo un diseñador lo ha venido haciendo previamente (y si no que se lo digan a Dannan).

Comprender este lenguaje y crear un diseño partiendo de él es uno de los primeros puntos a tener claros.

El Lenguaje de Programación para la Interfaz Gráfica

Ahora sí, estamos hablando de XAML. Mi experiencia como programador no me ha llevado a cruzarme con este lenguaje de marcado hasta que no me he metido en esta pequeña aventura. La primera consecuencia de este punto es que el 80% de mi tiempo se ha ido en tratar de averiguar cómo hacer esto o aquello con XAML.

Si además le sumamos el hecho de que algunas características disponibles en WPF o Silverlight no lo están en el subconjunto de XAML que nos proporciona Windows 8, el desafío se ha presentado todavía más interesante.

Conclusión, si no sabes XAML y estás interesado en realizar Aplicaciones de la Tienda de Windows 8 debes de plantearte dos alternativas:

HTML + Javascript: Si ya dispones de esos conocimientos, probablemente tu curva de aprendizaje se reduzca.

XAML /C# XAML /VB.NET o XAML /C++: Esta alternativa requiere conocimientos en ambos lenguajes de cada pareja. En mi caso, la elección fue esta sencillamente por los prejuicios (fundados, siempre desde mi punto de vista, por supuesto) que tengo sobre Javascript. Si no conoces XAML asume que tu curva de aprendizaje será pronunciada en cuanto quieras que tu aplicación se distinga de alguna manera del resto.

Tercero: Las Ganas

Aprender es un reto, y sin ánimo de entrar en filosofías baratas, también es una forma de plantearte tú vida. Sin aprendizaje hay estancamiento y el estancamiento es una situación que en ocasiones puede resultar cómoda, pero que en el medio plazo (por no decir en el corto) lleva a un único sitio: “a ninguna parte”.

Evidentemente realizar aplicaciones es apasionante, pero también requiere esfuerzo. Sin la energía y las ganas, es muy difícil sacar cualquier proyecto adelante.

¿Y ahora qué?

Pues que aTareado ya está en el Store y, como no puede ser de otra manera, tiene bugs (algunos pequeños y otros no tanto). Además, ahora mismo proporciona una funcionalidad completa, pero sencilla en extremo. ¿No sería bueno poder organizar las tareas en listas? ¿Quizá poner avisos? ¿O integrarlas con el calendario? ¡Eh, que no hemos puesto tareas recurrentes! ¿Oye, y si pudiéramos hacer GTD con aTareado? ¿Y ponerle un módulo de Pomodoro? ¿Para cuándo la versión de Windows Phone y de Android?

Como véis, hay ganas.

¿Habrá tiempo?

Mis primeras experiencias con Windows 8

Recientemente decidí instalar Windows 8 en un ordenador de escritorio para poder comprobar qué tal pinta tenía la cosa en una máquina de verdad. Lo cierto es que la experiencia de instalación no ha sido del todo satisfactoria, pero finalmente tengo mi máquina funcionando. Empecemos por el principio. Primero de todo, la instalación no actualiza el sistema operativo, como mucho te permite mantener una copia de todo la anterior en una carpeta llamada «Windows.old». En mi caso, mi instalación anterior de Windows 7 tenía dos particiones de disco. La primera contenía el sistema operativo y aplicaciones. La segunda contenía las carpetas de usuarios (y en consecuencia todos sus datos) así como bases de datos y proyectos. Esto simplificó enormemente el proceso de mantener la información de mi ordenador (más o menos) intacta. La instalación Como comentaba anteriormente, la instalación no fue del todo satisfactoria ya que, la primera instalación terminó con aplicaciones «antes conocidas como Metro, pero ya no más» cayéndose por culpa de una instalación errónea del Framework .NET 4. En este punto podía machacarme los sesos para intentar arreglar la instalación o bien reinstalar. Opté por lo segundo ya que probablemente me llevaría menos tiempo. Ante todo hay que decir que el problema vino de una prueba que realicé con una aplicación en fase Beta todavía… Quien con niños duerme, meado se despierta. La segunda instalación Se resume en una palabra: «fina» Rápida y sin problemas. Las pruebas y el proceso de familiarización Me está llevando cierto tiempo habituarme a la nueva filosofía del Sistema Operativo. La «Modern UI» funciona muy bien con ratón y teclado, aunque estoy deseando echarle mano a un Tablet con Windows 8 casi tan pronto como salgan (bueno, casi, habrá que ver presupuestos y versiones). Por otro lado, la instalación de aplicaciones es sencilla y rápida, el arranque del sistema operativo rápido como el rayo. Vamos que parece que tenga ordenador nuevo. Los usuarios, las aplicaciones y una duda a ver si me aclaro Por último, pasé a importar la información de los usuarios. La estructura de directorios de un usuario sigue siendo idéntica así que pude recuperar sin mayor problema documentos, favoritos, imágenes, vídeos… Tengo un par de niñas pequeñas, pero la mayor ya quiere utilizar el ordenador desde hace algún tiempo. En mi antiguo Windows 7 me encargué de instalar el software de control parental para evitar sustos. Cuando ella quiere navegar por Internet, normalmente su navegación se limita a un par de páginas o tres. Estas páginas están dentro de las páginas que puede visitar. En el nuevo Windows 8 el control parental está incluido con lo que es fácil establecer algunas limitaciones (hay software mucho mejor por ahí, pero se trata de una opción de inicio más que decente). Sin embargo la sorpresa vino cuando decidí instalar algunos programas para niños. Mi usuario administrador puede instalar las aplicaciones. ¡Pero sólo para mi! Es decir, cuando quise instalar alguna aplicación en la configuración de mi hija, tuve que entrar en su cuenta (tiene una cuenta local, no de Microsoft) poner mis credenciales e instalarla. He mirado un poco por ahí y parece que este es el funcionamiento esperado, pero me cuesta creer que no haya una posibilidad (como hay para las aplicaciones de escritorio) de instalar una aplicación del Store no sólo para tu usuario, sino para todos. ¿Alguien que sepa esto?

A vueltas con Windows Phone 7.8

Tal y como comentaba en un post anterior, Microsoft pretende proporcionar a los actuales poseedores de Windows Phone una versión que acerque nuestros terminales a la nueva versión Windows Phone 8.

Parece que estoy equivocado.

Al menos, de momento, sólo se confirma la nueva página de inicio (que como os comentaba, parece poco más que un caramelo… )

El hecho de que haya una gran cantidad de nuevas características en WP 8 que estén atadas al hardware hace que muchos (no me atrevería a decir todos) dispositivos actuales no puedan contar con ellas (yo, desde luego, no puedo contar con NFC en mi actual HTC HD 7). Sin embargo, hay un buen número de características del nuevo sistema operativo que no se encuentran vinculadas tan directamente con el hardware (o con el nuevo kernel implantado).

Pues bien, no soy muy amigo de las cartas de petición (quizá sea un tema cultural, pero en demasiadas ocasiones sirven de muy poco), pero por esta vez voy a hacer una excepción.

En UserVoice podéis encontrar una solicitud (muy seguida, dicho sea de paso) a Microsoft para que vuestro futuro Windows Phone 7.8 contenga el mayor número posible de estas nuevas características.

Yo, desde luego, no estoy por la labor de comprarme un Smart Phone cada dos años, pero pensando en aquellos que acaben de agenciarse su flamante nuevo Nokia, imagino que poca gracia les hará y poca ayuda para el negocio de Microsoft. Dicho sea de paso, parece que Microsoft quisiera contar con los incondicionales, ques somos unos cuantos, a la hora de propagar el boca a boca.

Pues, en mi opinión, esta es una magnífica oportunidad que se les presenta para conseguir que los que estábamos contentos con nuestros teléfonos, lo estemos todavía más.

P.D. ¿Alguien ha visto durante la Eurocopa un anuncio de Windows Phone acompañando a los de iPhone y Android que hay en cada descanso de partido? Mientras sea esta la campaña de márketing de Microsoft con su Windows Phone, los incondicionales seguiremos siendo importantes a la hora de que este teléfono termine por ocupar la cuota que se merece.

¡Hola, Mundo!

Parece increíble que, a estas alturas, alguien que lleva ya unos cuantos añitos en el mundo de la informática todavía no tenga su Blog.

Pues bien, heme aquí. Escribiendo mi primera entrada de Blog y con la firme intención de seguir adelante con esto hasta convertirlo en un hábito.

Mi intención (excusa) es ir contando mis andares en la programación con Windows Phone 7 (7.5 más bien) y otras tecnologías con las que trabaje o juegue en mi día a día. Quiero empezar desde cero y aprovechar para poner en común los pasos que doy para ver a dónde llego en mi aprendizaje. Además, estoy más bien tirando a verde en este mundillo del «blogging» con lo que, imagino, este blog cambiará bastante en estilo, aspecto y funcionalidad hasta que de con la tecla.

Bienvenidos a todos (y a mi también, qué narices).

Nos vemos por los internetes.